jueves, 26 de enero de 2017

Fin de una etapa

Pues bueno, ha llegado el momento de modernizarse y este blog como que se me ha quedado pequeño. A partir de ahora podeis seguir mis escritos y mis trabajos y todo lo que hago en mi web personal. Os dejo el enlace...


ANTMAR


martes, 24 de enero de 2017

El Coleccionista XI

Si hay algo bueno de cumplir años es que la sabiduría que te da el transcurrir de la vida te hace ser más práctico en todo. Cuando yo era un jovencito todo era más complicado y en esto de ser como soy, con mis frikadas y mi particular forma de vivir mi vida también lo era. Ahora veo como a los adolescentes les da "vergüenza" de todo: de preguntar algo en una tienda, de ir vestido de una determinada manera o de que un adulto se ponga a hacer el ganso al lado de ellos. Sí, todo les da corte y a mí es una actitud que me enerva un poco, pero no debo hablar porque, al fin y al cabo, yo también era igual de adolescente o por lo menos parecido porque lo que está claro es que  lo de los adolescentes de ahora no tiene parangón en la historia de la humanidad.
La serie de los X-Men de los noventa.
Recuerdo cuando, con dieciocho o veinte años, yo iba al centro de Sevilla casi todas las semanas a mi librería de cómics favorita a hacerme con mi ración semanal de lectura. Iba en bus, claro, y siempre intentaba que en el vehículo que me trajese de vuelta a mi casa hubiese asientos libres para poder ir ojeando mi compra tranquilamente. Intentaba siempre sentarme en un asiento que había justo detrás del conductor del autobús porque no quería que nadie me viese que estaba leyendo cómics y allí quedaba algo resguardado por una mampara que había. ¡Por favor! Leyendo cómics a mi edad... En definitiva, el hecho de ser joven va inexorablemente unido una situación que no deja de ser un incordio: ser un poco estúpido. Ahora me da igual. Cuando voy en bus a algún sitio suelo llevar mi tablet con un montón de cómics en su interior y me pongo a leer en cualquier sitio, me da igual de todo, pero en aquel tiempo, madre mía... que corte... Hubo un día en el que mi asiento favorito estaba ocupado. Aquello no dejaba de ser un inconveniente, bueno, más bien un gran problema. ¿Qué pasaría si alguien me veía, Dios santo? En fin, lo cierto es que subí al bus no demasiado convencido de si sería buena idea hacerlo o esperar al siguiente para conseguir sentarme donde yo quería. No solo no podía estar en mi asiento favorito, es que estaban casi todos ocupados y tuve que sentarme en uno que estaba ¡en el centro del transporte donde me podía ver todo el mundo! Aquello era demasiado para mí, así que decidí dejar mis cómics en su bolsa y no leerlos hasta no llegar a casa. De manera que planté mis posaderas en el duro plástico que me serviría de descanso durante el trayecto y me propuse esperar pacientemente a que finalizara mi viaje. Sin embargo, la tentación era demasiado fuerte. Tenía una bolsa con cómics recién salidos del horno esperando a que yo paseara mi vista por ellos. Así que no pude aguantar y, disimuladamente, eso sí, saqué uno y me puse ojearlo. Justo en ese momento el autobús llegó a una parada y se subieron un millón de tiernos infantes acompañados de padres y demás fauna. Era lo peor que me podía pasar, ¡niños! ¡y yo leyendo tebeos! No obstante, conservé la calma y en un acopio de fuerza de voluntad y sangre fría continué con mi lectura. ¡ERROR! Al poco una adorable criaturita de unos nueve años se puso a mi lado a mirarme con cara rara. Fui valiente y en lugar de salir corriendo traté de girarme un poquito para que el jodido niño no viese muy claro lo que yo estaba leyendo. Mas fue inútil. Eran los años noventa y los dibujos animados de los X-Men estaban muy de moda, así que el crío comenzó a preguntar (y a voz en grito para que todo el mundo se enterase, pardiez...): ¿Oye, esos son los X-Men, verdad? ¿Y ese es Magneto a que sí? Me gusta mucho Magneto.... Lo que estaba pasando era demasiado bochornoso, por Crom, todo el mundo me estaba mirando y había que ponerle fin a semejante situación tan embarazosa. En la siguiente parada, bastante antes de la que era la mía en realidad, me bajé. y me fui a mi casa caminando.

Moraleja: si lees cómics en el bus, procura que el que estés leyendo sea de un personaje poco conocido para que los niños no te den demasiado el coñazo.

martes, 6 de septiembre de 2016

El Coleccionista X

Aquí estoy. La última vez que escribí una entrada narrando mis desventuras en el mundo friki fue el dieciocho de febrero de 2013. Poco tiempo antes de que muriese mi padre que, como he dicho en alguna ocasión, hizo que abandonara este blog por bastante tiempo. Sin embargo, mi vida ha cambiado mucho en estos años. Ahora vivo en otra ciudad (porque sí, tengo que decir ciudad...). Tengo una maravillosa mujer a mi lado y, sin comerlo ni beberlo, he pasado de no tener hijos a encontrarme de pronto con una hija postiza adolescente. He escrito dos libros de los cuales uno está a punto de ser publicado. Y, lo peor de todo, llevo siendo canijo toda mi vida y ahora, a los cuarenta y cinco, me pongo a engordar deformemente. Con la de cuerpo que tengo y solo engordo de la barriga. Pero bueno, es algo que cada vez me doy más cuenta que es imposible evitar así que no meneemos el asunto. Además de todo esto he montado mi propia página web que, para el que no lo sepa aquí tiene el enlace: antmarweb.com
Pero claro, dicho todo esto, lo importante, lo realmente importante es que sigo siendo un friki. Reconozco que no he intentado evitar esa situación. Es que... me gusta. Sí, me gusta ser friki. Qué le vamos a hacer... Sigo leyendo comics, viendo Star Trek (¡¡ahora en bluray!!) y visionando pelis de superhéroes entre otras cosas. A mi chica, Mayte, todo esto le cogió por sorpresa. Ella no conocía a Iron Man o a Thor ni a ninguno de los Vengadores. Ahora se los conoce todos y me acompaña a cada evento friki que se me antoje acudir. Es fantástica. Todavía tengo mucho trabajo por delante. Tengo que hacerle entender por qué me gusta acumular películas físicamente y no en un disco duro o por qué no me canso de comprar camisetas frikis.
Ah, las camisetas. Sí, eso es nuevo. Recuerdo que cuando tenía unos veinticinco años abrieron la que para mí sería mi primera librería especializada en comics: Elektra, en la calle Zaragoza. Cuando entré en el local quedé fascinado con las camisetas. En aquel tiempo era la única forma de poder comprarte alguna prenda de comics. O en una librería especializada o pidiéndolas de importación que te costaban un ojo de la cara. Llegué a comprar alguna. Recuerdo que tenía una de los X-Men que se me acabó gastando de tanto ponérmela. Ahora todo eso ha cambiado. Encuentras camisetas en tiendas de ropa como Primark o Kiabi a unos precios irrisorios y, evidentemente, no puedo resistirme a comprarlas. Mayte se queja; dice que ya tengo muchas y es verdad, pero cuando me dice eso contraataco siempre con su perdición: los millones de zapatos que posee.
Mis camisetas....
Luego he adquirido otra bonita costumbre. Resulta que a Mayte le encanta viajar. Pasión que poco a poco me ha contagiado. Cuando hicieron la serie esa de dibujos animados, La vuelta al mundo de Willy Fog, realmente al personaje protagonista lo iban a llamar Willy Mayte Jaime, pero se comprende que el nombre era demasiado largo o poco comercial así que lo dejaron en Willy Fog. Pero, como decía, últimamente hago algo genial. Cada vez que salimos de viaje intento buscar librerías de comics o tiendas frikis allá donde vayamos para comprarme alguna camiseta nueva. Con lo cual tengo ya unas veinticuatro si me cuadran las cuentas. Lo que significa que aún no puedo ponerme una diariamente para no repetir camiseta durante un mes. Pero lo conseguiré...

lunes, 20 de junio de 2016

El Legado Eterno

Estoy apunto de terminar mi segunda novela. En este caso he cambiado de registro por completo. He pasado de la novela negra a la fantasía épica. Es un libro con más páginas que me está gustando mucho escribir. Para Matérica tuve que estudiar mucho y documentarme a base de bien sobre fotografía. Para este en cambio todo ha salido de mi imaginación. Un libro en el que homenajeo a personajes de cómic que me gustan y en el que todo puede ocurrir, aunque eso sí, sin dejar de anclarlo a la veracidad. Espero que todo el mundo pueda leerlo pronto aunque sé, y más después de lo que he sufrido para publicar Matérica, que será también complicado conseguir verlo a la luz. Mientras tanto y para ver si hago que os pique el gusanillo, aquí tenéis un trailer que he preparado.

lunes, 30 de mayo de 2016

La imperfección de lo perfecto

Todo el que me conoce sabe que me encanta el mundo del cómic. Cuando era un jovencito dibujaba mucho. No se me daba mal y dibujé muchas páginas. Mi ilusión era hacerme dibujante, pero eso es todavía más difícil que hacerse escritor. Además, no era lo suficientemente bueno. Pues bien, me estoy quitando el gusanillo de hacer cómic con un programa 3D llamado DAZ Studio que te permite generar escenas en 3D a partir de unos modelos predefinidos. Con eso y Photoshop he conseguido hacer esta historia. Una historia que ya escribí y dibujé hace muchos años y que ahora os ofrezco en una nueva versión para ver qué os parece.





 

sábado, 28 de mayo de 2016

El regreso

Como veis, he decidido reactivar mi blog. Creo que es un buen momento y me siento con ganas. Hace más de tres años, debido al fallecimiento de mi padre, decidí dejarlo. No me encontraba con ánimos y por eso lo hice. Ahora todo ha cambiado, mi vida ha cambiado. Si tuviese que buscar una palabra para definirla actualmente sería sin lugar a dudas "estabilidad". Nunca he estado tan tranquilo como estoy ahora. Esto trae como consecuencia dos cosas fundamentales. La primera es que se me ha dejado de caer el pelo, a buenas horas, pero no se me cae, con lo cual espero terminar con el despoblamiento de mi cabeza y la segunda es que estoy criando una barriga que, aunque no es muy grande, me tiene un taco de mosqueado. Luego me acuerdo que tengo 45 años y, claro, me doy cuenta de que no todo el monte es orégano y me resigno. Bromas aparte, lo más importante de mi vida ahora mismo es que tengo una familia. Y no me refiero a mi madre y mis hermanos. Esa siempre la tendré. No. Me refiero a mi propia familia. Tengo una pareja a mi lado que me complementa a la perfección. A la que quiero y con la que me gustaría hacerme (más)viejito. Y luego, yo que desgraciadamente no tengo hijos, me he encontrado sin comerlo ni beberlo con una hija postiza adolescente. Que, aunque no deja de ser una situación algo complicada a veces, lo cierto es que es bonito ver como hay una persona mucho más joven que tú que siente algo por ti por el simple hecho de convivir con ella.

Otra cosa importante es el asunto de mi libro. Matérica va a ser publicado. Después de un mes muy duro buscando gente que apoyara mi proyecto y darles el coñazo a todos y cada uno de los amigos y familiares que mi mente ha podido recordar, he conseguido que mi sueño se materialice. Espero que sea el primero de muchos.

Y por último deciros que estoy más creativo que nunca y que pienso mostrar el fruto de dicha creatividad en este blog. No puedo parar de dibujar en el ordenador, escribir y diseñar y vosotros, pobres lectores, sufrireis las consecuencias de mis frikadas y de todo lo que haga al respecto. Así que espero que os guste el nuevo look de mi blog y que no me abandonéis.

El Misterio de Antmar 2.0 acaba de comenzar...

domingo, 17 de marzo de 2013

Navegando por un río...

Guadalquivir. Desde pequeño te conozco. Era apenas un chiquillo cuando te vi por primera vez. Te conocí antes que al mar y antes que a la montaña, que aún hoy me resulta bastante desconocida. Desde siempre tus aguas me cautivaron. Tu forma de moverte por mi ciudad embelesaron mi alma infantil. Porque al llegar aquí te conviertes en un prodigio de navegabilidad.

Guadalquivir, hoy hace quince días que entre tus húmedos, cálidos e incontrolables brazos, recogiste al mejor navegante que jamás podrás recibir en tu seno. El hombre que me dio la vida, mi modelo a seguir durante tantísimo tiempo, la persona más amable y sencilla; simpático y culto. Cariñoso y caprichoso a la vez. Mi padre. ¿Serás capaz de cuidar de él? Confío en que sí porque siempre ha estado orgulloso de ti. Se sumergió en tus aguas en las orillas de Triana. Acabó todo justo donde empezó. Era un buen hombre.

Papá, no sé dónde estarás. Hay tantas cosas que hubiese querido decirte que ahora me resulta absurdo intentarlo siquiera. Me gustaría pensar que estás en un lugar mejor. Resulta paradójico que yo, que no creo en nada, piense en eso. Sin embargo, no puedo ocultar en mi corazón la esperanza de que estuviese equivocado, de que estás donde verdaderamente te mereces. En el  Olimpo de los verdaderos padres. Siempre estuviste ahí, para toda la eternidad. Incluso cuando no estábamos de acuerdo estabas ahí. Últimamente tu carácter se había agriado un poco, pero son cosas que pasan. El tiempo es cruel con todo el mundo de una forma u otra. Pero, papá, no sabes lo que estaría dispuesto a dar por pasar sólo un rato contigo. Un rato más, una conversación más, unas risas más... No creo tener sangre suficiente en mi organismo con la que poder pagarte lo que me diste. Soy como soy por como eras tú. Me diste lo mejor de ti y eso hizo que yo repartiera lo mejor de mi. Sin ti hubiese estado perdido. No hubiese conocido la compasión, el humor, la fuerza o la determinación. Gracias por todo. Me encantaría haber dejado en tu memoria una huella imperecedera y que cuando llegues al mar, esta no se haya diluído. Te echamos mucho de menos. Te necesito papá, aunque sé que tendré la fuerza y el coraje suficiente para sostener todo lo que aquí me has dejado. Porque te aseguro que mientras esté yo aquí no consentiré que a nadie le falte apoyo, porque de eso, uf, de eso tengo de sobra para todo el mundo. No me olvides nunca porque yo nunca te olvidaré a ti. Te quiero, papá, por siempre...