viernes, 27 de noviembre de 2009

Caprica

Antes de nada aviso de que este texto puede contener spoilers.

Ayer, por fin, visioné el capítulo piloto de esta nueva serie. La verdad es que me pareció espléndido. Caprica es un spin-off de Galáctica y, al igual que su predecesora, parece que tenemos aseguradas muchas horas de diversión en los próximos años. Cuando me enteré de que iban a emitir una segunda serie ambientada en el universo de Galáctica, flipé bastante. Sin embargo, no me gustó demasiado que fuera una precuela, porque normalmente, algo que debería ser fácil de convertir en una buena producción (lo demostró Manny Coto en la última temporada de Enterprise), se suele convertir en un despropósito de absurdas incongruencias fácilmente solucionables si le prestan más atención a toda la historia que se ha contado anteriormente.

De momento no ha sido así, la historia está ambientada en Caprica City, capital de las doce colonicas de Kobol, cincuenta y ocho años antes de La Caída. Cuenta la historia de dos hombres que pierden a sus respectivas hijas en un atentado terrorista. Ellos son Daniel Graystone (Eric Stoltz), un ingeniero informático que trabaja en la creación de una forma de vida cibernética y Joe Adams (Essai Morales), un abogado que procede de la colonia Tauron y que, además de a su hija, en el atentado también pierde a su esposa.

En el episodio asistimos a la creación del primer cylon y a los orígenes de lo que será la estirpe de la familia Adama en Caprica. Lo que más me gusta de la serie es lo realista que parece en todo momento, resulta difícil no creerte lo que te están contando. Tanto es así que, a pesar de ser una serie americana, los buenos no son todo lo buenos que deberían ser, recurriendo al robo de un dispositivo para hacer funcionar el cylon. Lo que me choca (con Galáctica me pasaba igual) es que, aunque se supone que son nuestros antepasados, ¿cómo es posible que una civilización que se encuentra a miles de años luz de nosotros se nos parezcan tanto? Y no digo físicamente, eso entra dentro de lo normal, sino ¿teléfonos móviles? ¿corbatas? ¿gafas? Tan sólo se diferencian en cuanto a tecnología y creencias religiosas. Me resulta difícil de digerir que una civilización de otro sistema solar evolucione casi exactamente de la misma forma y casi llegando al mismo sitio que nosotros. Pero bueno, también me choca que en Stargate todos los alienígenas hablen inglés y lo acepto, así que es un mal menor. Definitivamente, estoy deseando que llegue el mes de enero para continuar viendo más episodios.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Stargate Universe

Me encantan las series de televisión. Esta afición me vino de cuando me hice trekkie. Empecé con Star Trek, luego Babylon 5 y, con la llegada masiva de internet a los hogares, continué con todas las demás.

Y es que poder ver las series días después de su emisión en USA me parece una auténtica pasada (si te gustan las versiones originales subtítuladas). Quiero hablaros de Stargate Universe, la tercera serie ambientada en el universo que Roland Emerich nos dio a conocer en Stargate, Puerta a las Estrellas. La verdad es que pienso que está siendo injustamente criticada en la web. A estas alturas es difícil ser original en el campo de la ciencia ficción, así que si se consigue un producto cuando menos entretenido podemos darnos con un canto en los dientes.
De entrada me parece mucho más realista que sus predecesoras, e incluso más lógica (si el día en el que aparezcan alienígenas en la serie, resulta que no hablan inglés será fantástico, pero eso no va a ocurrir...). El argumento de entrada es simple: una base terrestre de un planeta lejano es atacada y todos los integrantes del grupo de expedición que allí se encuentran deben escapar por el Stargate, siendo transportados a una nave de los antiguos de miles de años de antigüedad. Bueno, es algo más complicado pero básicamente es eso. Así que los protagonistas deben de buscar la forma de regresar y el Stargate no sirve, a priori, para ello. Así comienza la serie en sus primeros episodios, buscando la forma de sobrevivir en una nave que se cae a pedazos y sin apenas víveres. Una premisa interesante.

Ha sido criticada por su similitud con Galáctica y es cierto, pero habrá que esperar a ver qué pasa. Yo pienso darle una oportunidad.

Proyectos...


"El pasaje era estrecho, oscuro. No podía ser de otra forma para un lugar tan siniestro. Cuatro tramos de escalera de cinco escalones cada uno descansaban sobre el empedrado del pavimento, arrastrándose lánguidamente a través de todo su recorrido. A aquellas horas la única luz que regaba la estancia provenía de una sola farola colgada de una pared y establecía un estatus aún más maligno si cabe. Su nombre, El Callejón de la Inquisición, hacía vagar la mente hacia territorios inexplorados de miseria, traición y crueldad."


Este es mi proyecto más reciente. Pretendo escribir un libro, mas no sé si conseguiré finalizarlo. Me falta constancia y os aseguro que no escribo si no me encuentro inspirado. No me sale, que le vamos a hacer. Sin embargo, me encanta. Cuando tengo algo que contar las palabras recorren mi cerebro, ajustándose a mis pensamientos y fluyendo hacia fuera. Lo de arriba es un fragmento de lo que pretende ser una novela de misterio. El único problema es que según wikipedia para alcanzar tan solemne nomenclatura debería de tener no menos de 60000 palabras y apenas si llego a 17000. Es complicado y a veces me pregunto: ¿sólo 17000? pero si me he hartado de contar cosas. Ser escritor es duro (sobre todo cuando no cobras...). La historia me vino inspirada por mi vecinio y querido amigo Manolo. Es un fotógrafo de mucho talento, muchísimo en serio, y hace unas cosas alucinantes. Algún día dará el pelotazo y se hichará a ganar euros. Me estoy documentando como nunca, lo que me lleva a otra cuestión: ¿cómo escribían antes sin tener google a mano para documentarse? Un auténtico misterio. Puede que uno de estos días os ponga un capítulo entero y me decís qué os parece. Bueno, buenas noches a todos.



martes, 24 de noviembre de 2009

Comienza el misterio...


Y el misterio no es otro que ¿por qué leches estoy haciendo un blog? Sinceramente, yo también me lo pregunto, pero que queréis que os diga, tengo que ocupar en algo el tiempo que tengo (demasiado tiempo). Además, ahora que estamos metidos en el fondo de una caja de galletas vacía, llamada crisis, a mi se me ha antojado una chocolatina. Mi cabeza es un cúmulo de tuercas y cables que, lejos de parecer un piso bien amueblado, estoy seguro de que no se congratula de pertenecerme. La vida es dura, muchacho.


Cuando yo era pequeño, muy muy pequeño, quería ser futbolista. Aún hoy no alcanzo a comprender a que era eso debido porque era un negado con el balón, pero podríamos atribuirselo al manido dicho "cosas de crios". Luego mis prioridades cambiaron. He querido ser muchas cosas y al final me he quedado en un loque. Sí, ya sabéis a qué me refiero, un lo que salga, que la vida no está para muchas filigranas.
Lo cierto es que tengo proyectos, oh sí, proyectos. El primero de ellos es encontrar un empleo, tarea esta que no sé si cambiar por construir una nueva catedral en Sevilla, que seguro que hoy por hoy es más factible. Puede que por eso esté escribiendo esto. Es una buena forma de intentar desahogarme y expulsar mis frustraciones.
Bueno, poniéndonos un poco más serios, este blog pretendo que sea mi herramienta. Me encanta escribir y me parece una buena forma de hacerlo. Pienso hablar de todo lo que me gusta y criticar todo lo que no me gusta. Y espero que haya alguien ahí que lo lea y quizás hasta le guste. Un saludo a todos.