jueves, 24 de marzo de 2011

Cosas inentendibles

En esta complicada vida que nos ha tocado vivir, suceden cosas que, lejos de tener algún fundamento lógico en su acontecer, parecen ceñirse a acontecimientos inexplicables que no tienen ningún sentido. Os cuento esto porque, al parecer, esto de internet y sobre todo, el tema de las redes sociales, es una mina para personas que parecen frustradas con su vida (y digo parecen), porque si no es así, es incomprensible determinadas actitudes que últimamente me estoy encontrando en facebook que, sin comerlo ni beberlo y sin haber hecho nada para merecerlas, parece que buscan utilizarme para divertirse de la única manera que su retorcida inteligencia (si es que se puede llamar así...) les permite hacerlo: insultando sin motivo y, lo peor, prejuzgándome sin conocerme de nada.

Y no lo entiendo. Hasta ahora, y llevo muchos años con conexión a la red, os puedo garantizar que nadie que haya hablado conmigo me puede tildar de maleducado o borde o cualquier cosa que se le parezca. Sin embargo, un día hago un comentario (inocente y a todas luces banal) sobre una foto de uno de mis amigos de la red social y de pronto me echan a los leones. Y además de una manera bestial, en el sentido de que no había dado motivos para ello. Diciéndome aburrido (que es algo que me resbala...) o incluso poniendo en duda mi inclinación sexual sólo porque llevo una camiseta de Superman. Cualquiera de las personas que SÍ ME CONOZCAN, saben el motivo de mis camisetas, que no es otro que mi amor al mundo del cómic. Pero vamos, independientemente de eso, ¿por qué a la gente les gusta juzgar a nadie por la pinta que tengan en una fotografía? ¿Y qué le he hecho yo a nadie para que digan cosas de mí que no son ciertas y de las que en realidad no tienen ni idea? Pues ya veis, por increíble que parezca estas cosas ocurren.

Y lo último ha sido criticar este blog, que realmente no escribo para nadie sino para mí, así que al que no le guste que no lo lea. No estoy obligando. Sé que en este sentido tengo a mucha gente apoyándome y es lo único que me importa. Pero bueno, seguramente como es tan "aburrido" no lo estaréis leyendo, ¿no es cierto, chicas?

Bueno, de todas formas confío en que todo haya sido un malentendido y que algún día puedan conocerme en persona y puedan entonces criticarme con conocimiento de causa. Y si no les caigo bien, pues nada, no le puedes caer bien a todo el mundo. Sin embargo, ¿quién sabe? A lo mejor se llevan una sorpresa.

Puede que tenga que dejar de ser tan educado y volverme más borde. ¿Dejaría de ser tan aburrido?

viernes, 18 de marzo de 2011

Está llegando...

Así es. Viene a mí furtivamente, sin denotar su presencia. Sin que pueda verlo nadie. Sin miedo. Viene porque me siente, sabe que estoy preparado a pesar de todo. Sabe que lo acogeré con mi alma abierta de par en par. Y volveré a sentirlo, ese vértigo, ese querer morirse en el placer. Sentirlo todo a mi alrededor. Ser conciente de la existencia misma. Caminar por esos senderos que serpentean a través de mi corazón. Vivir en el sueño del sentimiento eterno. No aceptar la fatalidad y organizar mis pensamientos en torno a toda la alegría que, a buen seguro, me impregnará cuando al fin me alcance.

Y no puedo escapar. Sería inútil intentarlo. Porque llevo mucho tiempo teniéndolo muy cerca. Negándome a mirarle a los ojos. No queriendo ponerle ningún rostro cuando lo he visto llegar de lejos. Y cuando esté en ese momento mágico de encontrarnos frente a frente, asumiré mi destino y lo veré escrito con letras de oro y plata en el libro de mi vida. Y seré feliz, mucho más de lo que he podido ser nunca. Mi estado no tendrá descripción y no hay vocabulario en la Tierra que pudiera darle nombre a ese sentimiento.

Tu mirada se une con la mía y siento un escalofrío que recorre mi espalda como si mi cuerpo fuera una batería de energía eléctrica en funcionamiento. Ahí está, tan cercano. Está hecho de la materia de los momentos oníricos. Inevitablemente llegará a albergarse en mi interior y ya entonces seré su feliz prisionero.

Lo veo venir ¿No puedes se más veloz?

Está a punto de alcanzarme...

lunes, 14 de marzo de 2011

He recibido una carta

Bueno, concretamente un correo electrónico. Eso de la carta ya no se estila mucho. Has sido tú quien me la ha mandado. Esa persona a la que creí que le importaba. Me dices que soy un mentiroso y que tengo un problema mental. Todo porque yo no soy como tú. Necesito contar las cosas y, para concederte el beneficio de la duda después de todo, no digo que esté contando la verdad, aunque así lo creo, sino que diré que cuento mi percepción de tus actos. Y tus actos son irrefutables. No puedes decir que no son ciertos. Has decidido no contar nada para que la gente "no piense mal de mí". Que buena chica. Me pregunto si en realidad no será que sientes algo de vergüenza por como has hecho las cosas. Estoy cansado, muy cansado. Y triste. La vida es muy caprichosa con nosotros, los mortales. Se empeña en ponernos las cosas cuanto más difíciles mejor. Y resulta que me gusta estar enfermo y que mi "supuesta enfermedad" (son tus palabras), me está sirviendo como vía de escape para continuar en esta estupendísima posición en la que me encuentro y me encontraba cuando estaba contigo. A todas luces, una situación que a buen seguro todo habitante de este planeta envidiaría si supiese de qué se trata.

¿Qué te ha pasado? ¿He estado ciego y siempre has estado igual y yo no he sabido verlo? ¿Dónde está el cariño? ¿Qué te dicta tu corazón? ¿Cómo puedes reducir tantas horas y minutos que hemos compartido a adquirir un beneficio económico? ¿Qué tendría que haber hecho yo? ¿No era suficiente todo lo que ya hacía y además quererte como jamás, y de esto estoy convencidísimo, te querrá nadie en tu vida? ¿Qué tendrá que pasar para que te percates de lo que está ocurriendo? ¿Tan mala persona he sido contigo? ¿Tan poca atracción has sentido por mí? En definitiva, ¿Realmente me has querido alguna vez? Posiblemente, sí, pero el problema no ha sido lo que tú hayas sentido sino la proporción tan desmedida de esos sentimientos que yo tenía dentro de mi corazón y del cual tú únicamente tenías la llave. Pero no. Como dice la canción "Cuando la pobreza entra por la puerta, el amor salta por la ventana". No puedo entender nada.

Y ahora, justo cuando la calma comienza a acomodarse en mi interior, decides escribirme e intentar desestabilizarme. Y aquí estoy, escribiéndote algo que probablemente no leerás jamas, porque estas cosas que hago yo, hace mucho tiempo que no te interesan. Que pena. En una cosa sí que llevas razón. Tengo que tomar las riendas de mi vida y en ello estoy. Voy a ser feliz, lo sé. Más tarde o más temprano lo conseguiré. ¿Podrás hacer lo mismo?

miércoles, 2 de marzo de 2011

CUMPLEAÑOS ZAYAS 2011 BIENVENIDOS!!

...y acabé durmiendo con una chica...

El día amaneció radiante. Solete por todos lados. El buen rollo se desbordaba por las ventanas de los edificios y era imposible que algo saliera mal. Mi primo me había invitado a la fiesta de cumpleaños más fantástica de todas las que he asistido en mi vida.

Cuando llegué no podía creer lo que había allí montado. Un escenario, una batería, guitarras, un equipo de mezclas, unos bafles increíblemente grandes y un montón de gente dispuesta a pasarlo bien. Y así empezamos. Comiendo y bebiendo como cosacos. Perdí la cuenta de los botellines de cruzcampo que me bebí aquella tarde. Pero me daba igual, me lo estaba pasando en grande. Podía haber sido todavía mejor. Podía haber ligado, pero no. La chica que me gustó se fue con un tío quince años más joven que yo. Pero vamos, seguro que fue porque el chico en cuestión cantaba y tocaba la guitarra de puta madre y no porque pudiera ser hijo mío. Da igual. Una muy buena amiga mía me ha dicho, y no le falta razón, que ahora mismo yo estoy como los futbolistas que se lesionan. Que todavía no estoy para jugar. Veréis cuando salga de mi lesión. Temblad chicas (sic...).

Y canté, vaya si canté. El karaoke echaba humo. Nunca llegué a pensar que me gustase tanto un karaoke. Aunque últimamente me estoy dando cuenta de que hay muchas cosas que me encantan y no lo sabía. Total, que al final acabé dormido en un colchón en el salón de la casa junto a una chica muy mona. Lástima que cinco personas más me acompañasen en ese menester. Aquello parecía una comuna hippie. En cualquier caso, lo único que puedo decir es gracias. Gracias Jose y Antonio. Con gente como vosotros todo el horizonte parece mucho menos oscuro.