miércoles, 25 de mayo de 2011

Queen & George Michael - "Somebody To Love" (Live Subtitulado) [HD]

George Micael Wham - Careless Whisper

Vetusta Morla - Maldita Dulzura (Mapas)

martes, 24 de mayo de 2011

La princesa y el pobre

Había una vez un hombre normal. Era una persona humilde, de esos que apenas tienen posesiones. De esos a los que la vida no suele tratar bien. Aun así, era un hombre feliz. Su vida transcurría plácidamente sin excesos, aunque las dificultades intentaran que todo se le pusiese cuesta arriba. Era alguien noble, incapaz de pensar que había gente mala en el mundo. Su familia y vecinos lo apreciaban mucho y todo el mundo pensaba que era una buena persona.

Un día, el destino le puso en su campo de visión a una mujer. Melena negra y ojos oscuros. Cuya sonrisa podía hacer resucitar a un cadáver y con una voz que sonaba como el agua de un manantial vertida sobre la calma de una tarde de primavera. El hombre se enamoró perdidamente de ella al instante. En su mente hacía cábalas sobre la suavidad de esa piel que la cubría, pensando que no podía haber en este universo nada que pudiera ser más agradable.

La mujer, que igualmente venía de una familia humilde, también se sintió atraída por él. Ella era buscadora de tesoros. Durante toda su vida se había dedicado a encontrar lo inencontrable. Todo en un afán por salir de la miseria en la que se sentía atrapada. Su avaricia no conocía límites. Era capaz de no comer si con ello conseguía conseguir guardar unas monedas para su gran proyecto. Sin embargo, se enamoró también del hombre y durante un tiempo desatendió su búsqueda. El hombre, que era habilidoso con las manos, le regaló una escultura de madera que representaba a un ángel, que había tallado con sus propias manos. Decía que cuando ella la mirara siempre recordaría el cariño que se profesaban ambos. Eran dos jóvenes enamorados. Cuando estaban juntos el amor se podía atrapar entre los dedos. Todo eran besos, caricias y buenas palabras. Pero, con el tiempo, ella dejó de sentir esa pasión. Volvió a sus tesoros con ahínco. Desatendía a su amante, pero al final consiguió encontrar lo que buscaba. Y así, se convirtió en la princesa más poderosa de la comarca. El hombre sentía que la estaba perdiendo, pero nada había que pudiera hacer. Ella se rodeó de un grupo de consejeros que, si bien no ponían en su cabeza ninguna idea que no tuviera que estar allí, sí la potenciaban y hacían que se comportara de forma incorrecta con él.

Y todo se derrumbó. Ella dejó de amarlo en algún momento oculto entre las mentiras. Ya no le gustaba que su amante fuera pobre, porque ella era inmensamente rica y pensaba que merecía algo mejor. Lo despreció y lo abandonó a su suerte. El hombre se sintió desolado. Su vida había girado en torno a la princesa demasiado tiempo y ahora se encontraba perdido. Volvió a la chabola en la que había estado viviendo durante tantos años antes de conocerla.

Pasaron meses de sufrimiento y desdicha. El hombre estaba demasiado triste para querer seguir viviendo y sólo estaba interesado en que el tiempo hiciera su trabajo y le quitase definitivamente las ganas de mantener su existencia.

Una mañana, cuando el hombre salió de su humilde morada para asearse en el lago, encontró en el suelo, a la entrada de su casa, un paquete. Era algo envuelto en papel de estraza y amarrado con una fina cuerda de esparto. Su nombre venía escrito en el papel. Con un nerviosismo inusitado comenzó a abrir el paquete. Cuando terminó, el rostro de una escultura de madera tosca lo miraba a los ojos con indiferencia. Era el ángel que había tallado hacía tantos años como una muestra de amor perfecto hacia la princesa, cuando todavía no era tal.

El hombre respiró hondo y una lágrima solitaria recorrió su mejilla hasta estrellarse en aquel suelo polvoriento. Luego, pensó:

-Princesa, me has dado la fuerza que estaba necesitando...

jueves, 19 de mayo de 2011

Terapias

Me ha pasado algo curioso. Estaba navegando por internet y entre olas de código binario y bits de información, en uno de los sitios visitados, he visto un baner que ha llamado mi atención. En él rezaba el rótulo: "Conoce la Psicología Transpersonal..." o algo parecido. Inmediatamente mi cerebro ha buscado entre el polvo de las palabras más escondidas en mi materia gris y ha reconocido ese término. Transpersonal. Y he recordado dónde lo había escuchado antes. Difícil sería que no fuera así, ya que los labios en los cuales irrumpió dicha palabra, eran de suma importancia para mí en el momento de ser pronunciada. Es como si se me hubiese grabado en el granito de mi mollera. Ni siquiera consigo acordarme en que tipo de conversación me hallaba aquel día para haberla escuchado, pero recuerdo su sonido llegando a mis oídos y quién fue la persona que lo había emitido Así que he entrado en el lugar al que aquella puerta me dirigía.

La verdad es que no he entendido mucho. Demasiada retórica y demagogia incomprensible que no me deja claro nada. Así que lo he buscado en wikipedia. Tampoco me ha aclarado demasiado. Su definición es

"La psicología transpersonal trata del estudio de los potenciales más elevados de la humanidad y del reconocimiento, comprensión y actualización de los estados de conciencia unitivos, espirituales y trascendentes."

Y luego más abajo dice que abarca las experiencias cumbres (???), experiencias místicas, trances sistémicos y experiencias metafísicas de la vida. No sé a vosotros, pero a mí todo esto me da un yuyu que no veas. Bueno, pues a pesar de eso, yo he recibido terapias de psicología transpersonal, aunque entonces no sabía que se llamaba así. La dueña de los labios de los que hablaba antes me convenció para que las recibiera porque "me iba a ayudar mucho". ¿Qué pasó? Que no me ayudó, para nada. Bueno sí. Me ayudó a darme cuenta de que la "terapeuta" que me daba la "terapia" era superlista y que si cogía a alguien débil mentalmente, y no digo alguien estúpido, se lo llevaría a su terreno y le sacaría todo lo que pudiera, dejando en su recorrido todo lo que le pudiera resultar un lastre peligroso. Y así fue. Conmigo no pudo, pero con aquella persona de la que hablaba antes sí. Y el lastre peligroso del que consiguió liberarse fui yo.

A mí la cosa empezó a sonarme rara el día que me dijo "tú si crees en Dios, lo que pasa es que no lo sabes". Si este blog permitiera emoticones, aquí vendría una bolita amarilla con la mandíbula desencajada. Cuidaos de estas personas. Pueden destrozarte la vida.

martes, 17 de mayo de 2011

Puede que me esté equivocando

Es difícil que uno mismo deje de ser tal y como es. Se intenta. Por todos los medios, pero se hace una tarea ardua conseguir el objetivo que te estés marcando. Al menos yo no puedo. Incluso sabiendo los beneficios que podría traerme, soy incapaz de no ser como soy aunque sólo sea por breves momentos.

Y la gente me llama "tonto" por no hacer lo que dictaría la lógica en determinadas ocasiones. La peor consecuencia que trae todo esto es el hecho de que te relaciones con una persona (o personas) que te conozca a la perfección y sepa cómo aprovecharse de lo que para ellos resulta una actitud cómoda para sus planes. Es frustrante. Como dice el refrán "El ladrón piensa que todo el mundo es de su misma condición". Pues eso me pasa a mí. Me encuentro en una situación en la cual debería actuar con contundencia y atajar lo que a todas luces parece que se convertirá en algo beneficioso para mí y no lo hago. No puedo, porque en el último momento dejo de pensar en mí y mi mente se pone a funcionar a favor de mi contrincante emocional, pensando que, en realidad, esa persona no va a hacer lo que todos los indicios indican que va a hacer. Y, evidentemente porque no vivimos en los mundos de Yupi, al final el individuo o individua en cuestión hace lo que debería haber hecho yo, pensar en él y fastidiarme a mí, porque en realidad es así como sucederá lo que estaba esperando.

Beneficio. Asquerosa palabra esa. He buscado su significado en un diccionario en internet y me he encontrado con esto: "Provecho, compensación moral o material por una obra realizada.". Fijaos, "compensación moral o material". ¿Qué ocurre cuando en vez de darse una de las dos razones se dan las dos juntas? A mí lo que me pasa es lo de siempre, que mi estúpida mente sigue sin percatarse de que yo soy el ser que la contiene y debería de buscar ese provecho en mí y dejar de pensar en los demás. No entiendo ese afán que tengo de quedar bien con todo el mundo. Parece como si mi mayor objetivo en la vida fuese no caerle mal a nadie o que nadie piense mal de mí. Es absurdo. Principalmente, porque es una quimera imposible de realizar. Por mucho que te esfuerces siempre habrá alguien que no te soporte. Es lógico.

Necesito tener un espíritu más luchador. Buscar en mí esa valentía que me haga hacer las cosas de otra manera. Sin embargo, es tan difícil dejar de ser yo...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Pueblo anestesiado

Un tercio del producto interior bruto mundial se encuentra en paraísos fiscales. Eso significa que, por mucho que trabajemos, por mucho que nos esforcemos, por mucho que produzcamos, ese dinero no cotiza en ningún sitio. Es un dinero que sirve para que los ricos sean más ricos y los pobres más pobres.

Vivimos en una sociedad capitalista. Además, impuesta. Estos mismos señores de antes (los ricos), durante mucho tiempo nos han hecho creer a todos que vivíamos en los mundos de yupi, que había dinero para todo y que podíamos comprarlo todo. Y como sociedad capítalista, intrínsicamente unido, tatuado en su piel, tiene al consumismo. Y llegaba un chico de dieciocho años a unos grandes almacenes, un chico al que esta misma sociedad le había inculcado que estudiar no servía para nada, que lo importante era currar, al que llevarse todo el día poniendo ladrillos le aportaba a final de mes más dinero que el que podría ganar un médico pasando consulta. Y se compraba una tele de un trillón de pulgadas y le daban la financiación de la misma a pesar de tener un contrato de sólo dos meses.

Como somos una sociedad consumista pues consumimos bestialmente. Y, evidentemente, todo esto sin importarnos una mierda explotar los recursos de países del tercer mundo que se mueren de hambre y pasar por encima de la vida de millones de personas. Y tenemos a un ciudadano iraquí sumido en la miseria y sin poder darle a su familia algo que llevarse a la boca, mientras lleva toda su vida pisando un suelo bajo el cual se encuentra la energía que mueve el planeta. Porque nuestros amigos los poderosos (los ricos) se han inventado cosas como la moda y nos meten en la cabeza con esa gran habilidad que les caracteriza, que tener un iPad2 es mejor que tener sólo un iPad y que un teléfono móvil que sólo sirve para mantener conversaciones telefónicas es una basura, que lo que mola es que cague y mee por ti si hiciera falta.

Y llega la crisis. Pero a los tíos estos se la suda todo. Telefónica, en medio de la peor crisis mundial que se recuerda, obtiene los mayores beneficios de su historia y encima pretende hacer un expediente de regulación de empleo y echar a la calle a 6000 personas.

Tenemos la inmensa suerte de ser europeos. Esto significa que ser del viejo continente nos aporta una serie de privilegios sociales que no existen en otros lugares. ¿Qué es lo que ocurre? Que nuestros amigos adinerados pretenden cuando lleguen al poder, porque desgraciadamente llegarán, borrar de un plumazo esos privilegios. Quieren que seamos como los americanos. Que tengas que tener un seguro médico por narices y que si no lo tienes te puedas morir porque te ha salido un grano en el culo. Y si quieres que tus hijos estudien una carrera universitaria tengas que pagarla. Porque, eso de que el hijo de un fontanero estudie al lado del mío, que soy abogado, ¿cómo va a ser?

El problema es el de siempre: la gente de izquierdas está anestesiada. Sin embargo, ellos no, ellos irán a votar todos. No faltará ninguno. Y eso no es lo peor, no. Lo peor es que un albañil que lleve un año sin trabajar, en su profunda ignorancia, también los votará pensando que el actual gobierno es el causante de su desdicha. Pueblo anestesiado.

Hay cosas peores para 2012 que el fin del mundo...

lunes, 2 de mayo de 2011

Amistad binaria

Era 5 de diciembre de 2000. El cursor parpadeaba en aquella pequeña ventana que tan bien llegaría a conocer. ¿Había sido "hola" la primera palabra que escribí? No lo recuerdo realmente. Aún hoy me pregunto qué me hizo elegir aquel nick entre los muchísimos que había cuando intenté entablar mi primera conversación en aquello tan raro para mí que se llamaba chat. Era el nombre de un personaje de Isabel Allende, pero yo no sabía eso entonces, así que no fue por ello por lo que lo elegí. Pero el caso es que fui afortunado. Este siempre ha sido mi baluarte con el cual defender el hecho de que una relación surgida en internet, sea del tipo que sea, puede llegar a funcionar.

A mí me funcionó. Llevo once años casi con una amistad por internet. Claro que si hubiera tenido mala suerte y no hubiese dado con esta chica puede que todo hubiese sido distinto. ¿Qué posibilidades hay de dar con alguien tan inteligente, culto y con quien se puede hablar de cualquier cosa en tu primer intento? Ya os digo, tuve suerte.

Si tuviera que usar una sola palabra para definir a mi amiga, me costaría muchísimo elegir la adecuada. El dilema estaría entre "lealtad", "comprensión" o "alegría". Lealtald porque siempre ha estado conmigo, apoyándome cuando lo he necesitado, diciéndome justo lo adecuado cuando ha hecho falta. Comprensión porque parece que se mete en mi cerebro y siempre sabe lo que pienso. Terminamos uno las frases del otro y sentimos lo mismo por las mismas cosas. Y alegría porque nadie sabe, sólo nosotros dos, lo que esta relación ha dado de sí y las risas que hemos llegado a echar tan sólo escribiendo palabras en una pantalla de ordenador.

Y también hemos tenido nuestros malos momentos. Ella los tuvo en el pasado y yo los estoy teniendo ahora. Y si la escucháis a ella hablar de mí os dirá que la apoyé mucho y todo eso, pero nada que ver con lo que ha hecho por mí y sigue haciendo. En estos meses siempre ha tenido en sus labios (o teclado) la palabra justa que yo necesitaba oír. Ha impedido muchas veces que me derrumbase y me ha hecho reír cuando ha sido necesario.

Probablemente tenemos una relación única. Habría que ponerle nombre, porque dudo mucho que exista otra igual. Y lo más curioso de todo esto es que jamás nos hemos visto en persona. No por falta de ganas, sino porque el destino ha querido siempre que esto fuera así y nunca nos ha dado facilidades para poder encontrarnos.

Yo quiero darte las gracias, amiga mía, por todo. Tengo la suerte de tener muchos apoyos en mi vida, pero el tuyo es especial. Espero tenerte siempre ahí. Yo por mi parte nunca faltaré, porque eres tan importante para mí que nada de lo que pueda pasar entre nosotros cambiará este sentimiento. Sabes lo que quiero decir. Te tendré siempre en mi corazón, aunque sólo seas una representación de alguien que quiero en forma de código binario.

Vacío

Es curioso lo que se siente cuando eres incapaz de hacer que tu cabeza deje de pensar en algo que, sin ningún género de dudas, te está perjudicando. Y es difícil. Intentas no pensar en ello, intentas meter algo en tu cerebro que pueda sustituir a ese intruso que de ninguna de las maneras has querido que entre ahí, pero al que es imposible hacer desaparecer.

Ese intruso, en mi caso, se llama vacío. Sí. Uno no alcanza a estar seguro de si es una sensación o un ente corpóreo con vida propia. Pero está ahí, alojado en tu ser. No queriendo que te sientas bien del todo. Manifestándose en forma de cajones desiertos y en una casa fría que antes olía incluso de otra manera y que ahora te recuerda todo lo que jamás llegará a ser. Y no paras de pensar en ello y te preguntas ¿sólo a mí me pasa esto? Y todo te lo recuerda y cometes el error de hacérselo recordar a los demás. Y las sientes en tu rostro. Sientes la fatalidad. El mal rollo. Como digo, no puedes controlarlo.

Pero debo intentarlo. Todo esto para lo que realmente me está sirviendo es para darme cuenta de que soy más fuerte de lo que pensaba. No va a desaparecer. El vacío va a estar ahí durante mucho tiempo, así que tendré que aprender a vivir con él (como si fuera ese personaje de cómic en el que estáis pensando, amigos frikis...). Para ello el destino me ha puesto por delante toda una semana de feria, que me puede servir de ayuda. Puede que ella se convierta en mi mejor amiga y consiga que el vacío se olvide de mí durante un tiempo.

Necesito hacer desaparecer esta jodida sensación. Estoy llegando a aburrir hasta a las ovejas...