jueves, 24 de noviembre de 2011

730 días

Hace 17.532 horas que tomé la decisión, que a tenor de la satisfacción que me produce este hecho ha sido increíblemente buena, de iniciar mi andadura en este maravilloso mundo de los blogueros. Sólo puedo decir que estoy muy satisfecho y que me inunda un sentimiento de euforia desmedida cada vez que miro que el número de visitas va creciendo. Fue difícil al principio. Decidí usar mi dilatado tiempo libre para hacer algo que me aportara algún beneficio a mí mismo y tengo que decir que a mi estado mental le ha traído momentos inolvidables. Y fue complicado, porque aquel 24 de noviembre y en los meses que siguieron, nadie leía esto y además me faltaba el apoyo que más necesitaba. Sentía que estaba solo y que mis palabras se perdían sumergidas en esta vorágine de términos que nadie llega a leer nunca cuando haces una búsqueda en Google. Atrás quedaron mis críticas de cine, mis entradas sobre fútbol o mis recomendaciones literarias. Todo eso pasó. El 14 de enero de este año que anda dando sus últimos coletazos, mi vida cambió radicalmente. Pasé de ser esclavo de una mala compañía a sentirme terriblemente solo. El tiempo, que tan sabio es, me ha demostrado que ha sido lo mejor. Soy una persona diferente ahora. Y todo este proceso se puede desgajar en este blog a partir de aquel momento. Comencé a hablar de mí, de mis pensamientos, de lo que esta azarosa vida me hacía sentir. Hablé de mis desengaños y de mis alegrías y lo mejor de todo: empecé a tener muchos lectores y para un escritor, aunque sólo sea un humilde aficionado como yo, no hay nada que pueda llenar más su corazón que el sentir que todas estas líneas no se pierden.

Por eso quiero agradecer a todos vosotros que estéis ahí, que me hayáis leído y que sigáis haciéndolo. Agradecer el apoyo de toda mi familia y de la gran cantidad de amigos que he hecho en la red en estos meses, que me ha permitido llegar a este punto. Probablemente no hayan sido los dos años más afortunados para mí, pero considerando el conjunto de todos los que he vivido, tampoco ha sido tan malo y ha servido de algo. He cambiado. Soy un hombre distinto al que fui. Menos negativo, menos pesimista y más esperanzado. Y tengo que decir que aunque me faltan muchos puntos que resolver para empezar a ser feliz, no puedo decir que sea infeliz. Estoy tranquilo y sé que todo terminará saliendo bien. Por todo ello sólo puedo daros las gracias a todos y esperar que sigáis estando ahí durante mucho tiempo más. Nada de esto tendría sentido, no me abandonéis...