domingo, 17 de junio de 2012

Religión: el invento más terrorífico de la humanidad

Yo no creo en Dios. Es algo que cualquiera que me conozca lo sabe. No creo porque me resulta ilógico, imposible y, desde mi perspectiva personal, bastante ridículo. Y os aseguro que nada me gustaría más que tener a lo que agarrarme en momentos de desesperación, pero no, desgraciadamente no puedo creer que un ente sobrenatural nos haya creado y que luego nos haya olvidado completamente para darnos "libre albedrío". No soy padre, pero tengo claro que si lo fuera no dejaría a mis hijos hacer lo que quisieran al menos hasta no alcanzar la madurez necesaria para no autocastigarse, que dicho sea de paso, es evidente que eso es algo que la humanidad no está dispuesta a hacer nunca. A pesar de todo, soy muy respetuoso con todos los creyentes. A mí no me parece mal que haya gente que piense de forma diferente. Como ya digo, me encantaría pensar de la misma forma, pero no puedo. 

Ahora bien, una cosa es creer en Dios y otra bien diferente es creer o cumplir las doctrinas impuestas por una religión o hacer ESTUPIDECES para demostrar lo muy fantástico que se es porque eres creyente de un dogma determinado. Sinceramente, por ahí no paso. Siempre he pensado y creo que será una idea que me acompañará por toda la eternidad, que la religión, sea la que sea, es el peor invento que ha creado la humanidad. Y además con diferencia. Ni siquiera el arma de destrucción masiva más mortífera creada por el hombre puede llegar a los niveles de maldad que cualquier religión pueda tener en este mundo. Son muchas las barbaridades que en este planeta se han hecho por religión. La gente muere por la religión a diario y viene haciéndolo desde el principio de los tiempos. Los católicos dicen que el aborto es pecado, que usar un condón es pecado y que si no lo usas y te mueres de sida, te jodes. El islamismo tiene a sus mujeres sometidas a un machismo exacerbado que las hace sufrir lo indecible. Se hacen ablaciones genitales (cortar el clítoris) a niñas y se las mutila por religión y así podría llevarme todo el día. Yo me crié en un colegio católico. Posiblemente no todo el mundo que haya estado en un colegio religioso piense igual que yo, pero para mí fue una de las experiencias más traumáticas de mi vida. Gracias a estos curas soy como soy actualmente. Si no hubiese visto allí las cosas que vi seguramente hoy seguiría creyendo.

Una vez dicho todo esto, os explico cuál es el motivo real de este escrito. No es otra cosa que la profunda indignación que siento con la costumbre que mucha gente ha adquirido de poner en las redes sociales cartelitos vanagloriándose de lo guay que es creer en Dios y de lo "chachipiruli" que es este mundo si eres creyente con la que está cayendo. Veréis, que a mí me parece muy bien que la gente crea en lo que quiera, pero lo que me pone de los nervios es todo eso de "si Jesucristo forma parte de tu familia, dale a compartir", "si Dios ilumina tu vida, dale a compartir" y estupideces semejantes. Porque sí, yo respeto a todo el mundo, pero me sienta fatal que constantemente haya gente que quiera hacernos creer que si "compartes" todo eso eres cojonudo y si no, eres un ateo que va a ir al infierno (aunque pensándolo bien el infierno tampoco existe, con lo cual...). Yo no voy poniendo cartelitos diciendo "si crees que creer en Dios no tiene sentido, dale a compartir". Reconozco que puede parecer una postura infantil, probablemente lo sea, pero es que cuando veo esos fastidiosos cartelitos es que siento una vergüenza ajena que me tira de espaldas. Y ya el colmo fue hace un par de días. Mi novia estaba mirando su facebook y una de sus amistades había colocado un cartelito en el que aparecía una foto de un grupo numeroso de cadáveres achicharrados y bajo la imagen una leyenda que decía con mucho orgullo algo así como que estas personas habían sido quemadas vivas por no haber querido renegar de Cristo y que qué estarías tú dispuesto a hacer por no renegar de Él. Y encima a la amiga de mi novia le parecía todo perfecto, vamos, lógico, que eso es lo que había que hacer. Pero vamos a ver, ¿estamos locos o que es lo que pasa? A mí me viene un tío, con un encendedor y una lata de gasolina y me dice que reniegue de Cristo y yo reniego hasta de mi propia madre si hace falta. Joder, que no estamos en la edad media. Una vez más la humanidad me estaba dando la razón: la religión es el invento más terrorífico jamás creado.