lunes, 2 de mayo de 2011

Amistad binaria

Era 5 de diciembre de 2000. El cursor parpadeaba en aquella pequeña ventana que tan bien llegaría a conocer. ¿Había sido "hola" la primera palabra que escribí? No lo recuerdo realmente. Aún hoy me pregunto qué me hizo elegir aquel nick entre los muchísimos que había cuando intenté entablar mi primera conversación en aquello tan raro para mí que se llamaba chat. Era el nombre de un personaje de Isabel Allende, pero yo no sabía eso entonces, así que no fue por ello por lo que lo elegí. Pero el caso es que fui afortunado. Este siempre ha sido mi baluarte con el cual defender el hecho de que una relación surgida en internet, sea del tipo que sea, puede llegar a funcionar.

A mí me funcionó. Llevo once años casi con una amistad por internet. Claro que si hubiera tenido mala suerte y no hubiese dado con esta chica puede que todo hubiese sido distinto. ¿Qué posibilidades hay de dar con alguien tan inteligente, culto y con quien se puede hablar de cualquier cosa en tu primer intento? Ya os digo, tuve suerte.

Si tuviera que usar una sola palabra para definir a mi amiga, me costaría muchísimo elegir la adecuada. El dilema estaría entre "lealtad", "comprensión" o "alegría". Lealtald porque siempre ha estado conmigo, apoyándome cuando lo he necesitado, diciéndome justo lo adecuado cuando ha hecho falta. Comprensión porque parece que se mete en mi cerebro y siempre sabe lo que pienso. Terminamos uno las frases del otro y sentimos lo mismo por las mismas cosas. Y alegría porque nadie sabe, sólo nosotros dos, lo que esta relación ha dado de sí y las risas que hemos llegado a echar tan sólo escribiendo palabras en una pantalla de ordenador.

Y también hemos tenido nuestros malos momentos. Ella los tuvo en el pasado y yo los estoy teniendo ahora. Y si la escucháis a ella hablar de mí os dirá que la apoyé mucho y todo eso, pero nada que ver con lo que ha hecho por mí y sigue haciendo. En estos meses siempre ha tenido en sus labios (o teclado) la palabra justa que yo necesitaba oír. Ha impedido muchas veces que me derrumbase y me ha hecho reír cuando ha sido necesario.

Probablemente tenemos una relación única. Habría que ponerle nombre, porque dudo mucho que exista otra igual. Y lo más curioso de todo esto es que jamás nos hemos visto en persona. No por falta de ganas, sino porque el destino ha querido siempre que esto fuera así y nunca nos ha dado facilidades para poder encontrarnos.

Yo quiero darte las gracias, amiga mía, por todo. Tengo la suerte de tener muchos apoyos en mi vida, pero el tuyo es especial. Espero tenerte siempre ahí. Yo por mi parte nunca faltaré, porque eres tan importante para mí que nada de lo que pueda pasar entre nosotros cambiará este sentimiento. Sabes lo que quiero decir. Te tendré siempre en mi corazón, aunque sólo seas una representación de alguien que quiero en forma de código binario.

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