Una agradable velada

Buenas noches. Acabo de regresar de pasar una agradabilísima velada cenando con mis vecinos de la puerta de enfrente. Tengo que decir que hacía tiempo que no pasaba unas horas tan a gusto. Mis vecinos son sirios. Ignoro si todos los sirios son como ellos, pero lo que sí es cierto que si son una representación de su país, tengo que decir que los sirios son unas bellísimas personas. Ha sido increíble, buena comida árabe, buen vino y una charla maravillosa. Charlando con ellos me he dado cuenta de que los árabes no son como nos los pintan en la tele, aunque esto es algo que ya sospechaba. Y conociéndolos más profundamente me he dado cuenta de que un concepto como la intolerancia, debería ser inadmisible en el género humano. Él es musulmán no practicante. Tan poco practicante que me ha ofrecido en su casa un jamón y un vino magníficos. Me ha confesado que no cree demasiado en Dios y que su mujer es protestante pero que tampoco es demasiado religiosa. Lo cual me ha venido a demostrar que, a pesar de nuestras diferentes culturas, en el fondo somos todos iguales. Gente normal. Esos árabes fundamentalistas islámicos que nos vende la televisión no existen. No todos los árabes son machistas y obligan a sus mujeres a llevar burka.

La conversación a girado en torno a nuestras difrentes formas de ver la vida. Hemos hablado de religión, de cultura, de política y tantas otras cosas. Hemos sido conscientes, más cosncientes quiero decir, de la situación que el pueblo palestino vive en Oriente Medio. De como incompresnsiblemente, un buen día llegaron los judíos a aquellas tierras y las ocuparon, sin tener en cuenta quien podría estar allí. Todo justificado por un sufrimiento acumulado durante la Segunda Guerra Mundial y unos textos de un libro tan irreal y fantástico como es la Biblia.

Sin embargo, en este país nuestro, todavía acusamos a un hombre como Frederic Kanouté por apoyar a Palestina celebrando un gol con una camiseta y le ponemos una multa, cuando ni siquiera sabemos lo que significa vivir en aquellas tierras con personas capaces de matar niños y utilizar armas ilegales contra la población.

En definitiva, lo que he hecho hoy me hubiera gustado hacerlo hace tiempo. Espero que podamos repetirlo. Gracias Raed y Rubi.