jueves, 10 de diciembre de 2009

Todo salió como se esperaba

Hoy voy a hablaros de fútbol. Para desgracia de mi amante esposa, sí, me gusta el fútbol. El problema realmente es que a ella la tengo malacostumbrada. Cuando, hace tantos años, comencé mi relación con la morena más hermosa de la capital hispalense, pues resulta que yo estaba desencantado con la mafia futbolística que en nuestro país campa a sus anchas y no veía ni un partido. Esta situación le dio a mi entonces novia la equivocada impresión de que a mi no me gustaba el deporte rey. Craso error. Cuando el equipo de mis amores comenzó a salir de esa mediocridad en la que llevaba sumido tantos años, ese pellizco futbolero que tenía dormido despertó de nuevo. Bueno, pues ayer mi equipo, el Sevilla FC, se clasificó para los octavos de final de la Liga de Campeones como primero de su grupo, tras firmar una liguilla casi impecable y tan sólo empañada por una derrota increíblemente absurda.

Sin embargo, tengo una sensación agridulce. Hace poco más de un mes estaba superilusionado con mi equipo. No jugaba mal y cuando no lo hacía demasiado bien, ganaba de todas formas. No es que yo pensara que fueramos a ganar la liga, ni mucho menos. Aunque su juego verdaderamente se prestara a formular ese tipo de ilusiones, la mafia barcelomadridista de este país nunca lo permitiría de ningún modo, salvo que cometieran algún error imprevisto en sus maquinaciones maquiavélicas. Como decía, no es eso, pero, ciertamente, me recordaba al Sevilla de las copas de la UEFA y los cinco títulos. Pero ahora no sé qué está pasando. Perdemos un partido con el débil Unirea regalándoles un absurdo gol en propia puerta. No somos capaces de vencer a un Málaga que en ese momento se encontraba como colista de la clasificación y, cuando pensaba que no se podía hacer peor, volvemos a empatar con el Valladolid, con superioridad numérica sevillista durante toda la segunda parte. El problema con los delanteros es preocupante. Hemos pasado de tener una pegada mortífera a no ser capaces de meterle un gol ni al arco iris más inconmensurable. Luis Fabiano lesionado. A Negredo no sé qué le pasa. En el Almería necesitaba media oportunidad para marcar y aquí está gris como un día lluvioso en invierno. Lo de Koné es pa flipar. Yo era de los que decía que necesitaba partidos, confiaba en él pero lo que hizo el sábado frente al Valladolid es increíble (dos goles cantados en un mano a mano con el portero). Y Kanouté, bueno, es Kanouté y siempre es bueno esperarlo, pero no está en su mejor forma.

Para colmo de males, el Sevilla se enfrenta al Barça en Copa del Rey. Como los jugadores no cambien el chip, los catalanes nos van a crujir de mala manera (aunque seguro que tampoco ellos estarán contentos con su rival...). Y pienso que es evidente, por mucho que Monchi y el Sr. Del Nido no quieran verlo así, que necesitamos fichar en invierno por lo menos un mediocentro creativo. Tengo la sensación de que cuando se vayan los africanos a la Copa África en enero, lo vamos a pasar un poco mal.

Pero bueno, lo importante es que ya estamos en octavos de final y cuanto más duremos en la competición más se sanearan las arcas del club y podremos seguir siendo grandes que es lo que importa.

1 comentario:

  1. Estoy contigo,pero no te preocupes que en invierno bienen por lo menos dos fichajes del tirón, un centrocampista y un delantero o mediapunta(espero).

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